Al comienzo de The Fast and The Furious: Tokyo Drift podemos disfrutar de una carrera en la que un muscle car de la vieja escuela como es el Chevrolet Monte Carlo de 1971 se las tiene que ver con un flamante Dodge Viper de 2005. La potencia pura americana se enfrento a la potencia y la electrónica del Viper.
Exteriormente, no se aprecian cambios de gran envergadura en el Chevrolet, es más, el director quiso hacer ver que el coche estaba en proceso de ser preparado ya que, como se puede ver en la película, Sean estudia mecánica.
Se construyeron 2 Monte Carlo para la grabación de la película. Uno de ellos poseía un bloque 509 y el otro un 572, que iban unidos a una caja de cambios T-10 de 4 velocidades. Ademas estaban potenciados mediante el uso de Oxido Nitroso. El bloque más pequeño rendía unos 560 cv, mientras que el motor de mayor cilindrada tenía una descomunal potencia de 725 cv, que permitían que el coche hiciera el 0-100 km/h en 4 segundos.
El chasis del coche se modificó completamente incluyendo un subchasis tubular en el interior del mismo para mejorar la rigidez en caso de vuelco y se aligero el peso al máximo prescindiendo para ello de elementos innecesarios. Los frenos se sustituyeron por unos Wilwooddisc y se montaron neumáticos slicks Goodyear (27x8 delante y 27x10 detrás) sobre unas llantas Cragar de 15".
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